EL ARTE GOTICO

El estilo gótico empezó con la arquitectura en el siglo XII, en la cumbre de la Edad Media, cuando Europa estaba dejando tras de sí la memoria del ««oscurantismo»» y se adentraba en una radiante nueva era de prosperidad y confianza. Al mismo tiempo, la cristiandad entraba en una fase nueva y triunfante de su historia, así que la época de los caballeros fue también la época de la construcción de las magníficas catedrales góticas, como las que encontramos en las ciudades del norte de Francia: Chartres, Reims y Amiens. En cuanto a la pintura, el cambio al nuevo estilo se hizo visible alrededor de un siglo después de que se erigiese la primera de estas catedrales. En contraste con el románico y el bizantino, la característica más llamativa del arte gótico es un aumento del naturalismo. Esta cualidad, que apareció por primera vez en las obras de los artistas italianos de finales del siglo XIII, se convirtió en el estilo pictórico dominante en toda Europa hasta finales del siglo XV."Fue el espeso muro que mordía la roca, el muro alto y exacto como una conciencia, el refugio altivo que dominaba el mar, el egoísta monasterio en que la hora de los oficios rimaba el lento deslizarse de las vidas. Fue la pequeña iglesia aldeana, en torno a la cual se agrupaban algunas chozas, al pie de las murallas del castillo, al amparo del torreón que protegió durante diez generaciones el contacto fecundo y constante de los que vivían a su sombra y los que moraban dentro de su recinto. Fue la catedral inmensa. Fue la necesidad y la ilusión, la armadura, el corazón y el vientre. Por todas partes se extendió espontáneamente una armonía que brotó de la aspiración popular y se apagó poco a poco al mismo tiempo que ésta. Verdad es que las torres almenadas afirmaban, frente a la comunidad productora, el principio antagónico del derecho de conquista. Pero afirmaban idéntico principio de vida. Las edificaba el mismo maestro albañil que dirigía las obras de la catedral. La catedral nació con las comunidades, creció con ellas, se llenó de estatuas y vidrieras cuando ellas estaban en su apogeo y enfermó y dejó de crecer cuando ellas comenzaron a languidecer hasta extinguirse. Noyon, Soissons, Laon, Reims, Amiens, Sens, Beauvais, allí donde nace la gran comunidad aparece la gran catedral, tanto más amplia y atrevida cuanto mejor armada y asentada se presentaba aquélla y cuanto más vibrante era su espíritu."Elie Fauré
Catedral de Reims, Francia (sdelbiombo)

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interior Reims, (minube)

De a poco, comienza a meterse en el interior de esta conciencia rígida e irreal para el pueblo, una necesidad de una realidad concreta que los acercaba a sí mismos, El universo no puede encerrarse en los límites de una religión enseñada. 

La gente necesita tener SU TEMPLO, no la basilica pesada y oscura de los monjes que además les provoca temor y no los identifica en sus ideas cristianas.
"La iglesia de los clérigos resultaba demasiado sombría y demasiado estrecha. La muchedumbre, cuya agitación tenía rumores de océano, exigía su iglesia propia. Se sentía con valor y ciencia bastantes para construirla a su medida y quería que esa función superior pasase entera, junto con la vida moral y material, de manos del monje enclaustrado a manos del pueblo viviente. Ya no podía ser aquella bóveda, pesada, bajo la cual las pobres gentes que vivían a la sombra de los monasterios se reunían asustadas, a la hora de los oficios, para escuchar en la oscuridad la voz de la Iglesia. El templo tenía que convertirse en la casa de todos, en el granero abundante, en la bolsa del trabajo y en el teatro popular. Sería la casa luminosa y sonora, capaz de inundarse en cualquier momento con la ola de hombres. El buque inmenso en que cabría toda la ciudad. El arca llena de tumulto los días de mercado, de danzas los días de fiesta, de toques a rebato los días de insurrección, de cantos los días de culto y, todos los días del año, repleta de la voz del pueblo.Su extraordinaria armonía deja vislumbrar cierto desencanto que deja adivinar el tormento de una conciencia prisionera. ¿Cómo pudo la ansiedad romana tolerar que a su sombra resplandeciese la gloria sensual de la muchedumbre de estatuas, guardiana del enigma de la nave? Sin que ninguno de los dos lo advirtiera, la voluntad teocrática tropezó con el deseo popular y, de este ignorado conflicto brotó, como una llama invisible, la sorda, mística y desgarradora belleza de una gran idea inexplicable que encierra todo el secreto del mundo." Elie Fauré 
Podemos imaginar sin esfuerzo las intensas emociones del campesino medieval, sumido en una sociedad paupérrima, al entrar por primera vez en el imponente recinto catedralicio, maravillándose de la grandeza del espacio y de las tintineantes luces de intensos colores que emanaban de sus muros.
Este microcosmos de luz y de color de la catedral gótica se crea mediante las vidrieras.
El deseo popular rompe con la voluntad teocrática y surge un nuevo templo abierto a todos, inmenso para todos y lleno de luz y misticismo.


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Interior Catedral de Amiens

Todo cuanto contribuye a la significación de la catedral, para determinar su aspecto, la línea vertical, la ondulación de sus curvas, nace del afán de búsqueda de luz.

Los edificios del gótico clásico aspiran a la verticalidad, pero sobre todo a crear un ambiente de cromatismo y luz interior que sugieran el "divino" ambiente de la "Jerusalén Celestial".

En el capítulo IV del Cristianismo y la Comunidad, la Ojiva, Elie Fauré lo resume con bellas palabras:



"En cuanto clarea el cielo, la inmensa nave se estremece de alegría y el canto regio de la luz esparce por ella sus capas de oro. Si entramos en Nuestra Señora a esperar la salida del sol, en uno de esos días grises peculiares de la Isla de Francia, la llegada del astro nos es anunciada por el deslumbrar que llena de pronto la nave, la hace aérea y dorada y lleva el resplandor hasta las molduras que cobijan, bajo la rigidez de sus palmas, la sombra de los bosques. Al caer la tarde, cuando ya es casi de noche dentro de la nave, cuyas bóvedas vemos volar a gran altura como las alas de un pájaro nocturno, las vidrieras siguen siendo el único punto luminoso. La luz que agoniza en el exterior salpica los negros pilares y el desvanecido pavimento con una lluvia de fuego, más densa y más ardiente a medida que crecen las sombras. Y los rosetones concentran los últimos reflejos del sol oculto para iluminar las tinieblas.
Todo cuanto contribuye a la significación de la catedral, todo cuanto sirve para determinar su aspecto, la irresistible ascensión de sus líneas, la ondulación de las curvas que la alzan por encima de las ciudades, nace del afán de luz, y ese afán por la luz fue creciendo en los arquitectos a la vez que su dominio de las curvas y líneas que de él dependían. Jamás edificio menos hipócrita reveló su función con tanta inocencia. Por doquier los huesos se señalan bajo la carne, cada cosa cumple exactamente su misión y no hay un saliente ni un hueco que no pueda justificar su presencia. La inmutable estructura exterior, los inmensos arcos paralelos que se elevan de todas partes para suspender la nave central o resplandecer detrás del altar mayor, lanzan y mecen la catedral en el espacio como si fueran los miembros articulados de un animal gigante. Cada uno de sus órganos, desde el más significado al más oculto, participan de su fuerza: el humilde adorno, la flor que roza un plano demasiado desnudo, el pequeño bajorrelieve que anima algún perfil, las campanillas que pesan sobre los pináculos para aumentar la resistencia de los bloques en que descansan los arbotantes, los nichos de las estatuas excavados en los contrafuertes en todos aquellos lugares libres de presión, las gárgolas que arrojan a gran distancia las aguas demoledoras de las lluvias y las esbeltas columnas vaciadas en el cuerpo mismo de los pilares para dar a los sostenes de las bóvedas ese arranque nervioso y continuo esparcido en su cima con la gracia de un ramo de flores."
 Los Vitrales

Durante la primera mitad del siglo XIII el carácter didáctico de la vidriera medieval mantuvo el esquema de figuras de gran tamaño, en los ventanales altos del edificio y medallones reducidos, con representaciones figurativas en las vidrieras más bajas, donde las historias se leían de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda. A partir de la segunda mitad de ese siglo se produjo un aumento en las tonalidades y en la luminosidad de los colores usados en los vidrios, de manera que éstos tendieron a ser más finos y de mayor tamaño. También comenzaron a elaborarse grandes rosetones.

Las ventanales góticos ofrecieron a los vidrieros un campo para desarrollar su inventiva y experimentar con las formas, algunas de carácter abstracto. Los vidrieros se convirtieron en artistas que aspiraban a crear autenticas pinturas translúcidas y hubo algunos que firmaron sus obras. En este sentido algunos vidrieros, especialmente en las formas, algunas de carácter abstracto. Los vidrieros se convirtieron en artistas que aspiraban a crear autenticas pinturas translúcidas y hubo algunos que firmaron sus obras. En este sentido algunos vidrieros, especialmente en el siglo XIV, introdujeron cierta perspectiva a sus paisajes y buscaron el realismo y la tridimensionalidad en la representación de las figuras. En toda Europa hubo talleres de maestros vidrieros que pertenecieron al gremio de los pintores y desarrollaron escuelas regionales de arte vitral. La fuente principal para el estudio de los vitrales góticos es el Tratado del monje Teófilo (siglo XII) donde se detalla la técnica de la pintura sobre vidrio y describe todas las fases de la producción, los colores, materiales y los elementos necesarios para fabricar un vitral.
Según el Tratado de Teófilo, la fórmula básica de las vidrieras multicolores exigía arena, sal y cenizas. El cristal coloreado se obtenía derritiendo esta mezcla al calor y dándole color con óxidos de metal: cobre para obtener verdes y rojos quemados; hierro y plata para el amarillo; cobalto para el azul, etcétera. Un dibujo completo del vitral hecho en cartón se usaba como patrón para cortar los vidrios de colores según las formas que requiriera el diseño. Después de ser cortado las piezas se juntaban temporalmente con cera de abejas. Luego se unían las piezas de vidrio con varillas de plomo, se formaban los paneles y éstos se montaban en el ventanal de hierro.

A partir del siglo XIV cobrarán cada vez mayor importancia los vitrales financiados por civiles, como la nueva burguesía, los ricos comerciantes, los gremios, etcétera. Estos donantes, junto a la monarquía y el clero, perseguían la gloria divina mediante el encargo de vitrales para iglesias y catedrales. Incluso algunos de ellos aparecerán representados físicamente en las vidrieras, entablando una comunicación cada vez más directa con los personajes bíblicos, o simplemente eran incluidos simbólicamente, mediante escudos de familia.

El arte de la fabricación de vidrieras decayó a finales del Renacimiento, pero volvió a recuperarse en el siglo IXX

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Vitrales Góticos (Timetoast.com)

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Vitrales Góticos(Puente de mando)

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Vitrales Góticos (timetoast.com)

Aquí, no es sólo la unidad de la conciencia, de las creencias y de las tradiciones, sino, que, no existe escultura, columna, detalle ornamental de la pared que no haya sido pensado para el equilibrio y robustecer la resistencia del conjunto.

La ornamentación está solo en el exterior de la catedral, pórticos, galerías de columnas, bajorrelieves, potentes estatuas, altas torres.

En el interior, ni una imagen. Perdería la nave su grandiosidad y su luz. Sólo las vidrieras que lo inundan todo con sus luces de colores.

Estatuaria
Dios Padre no figuró nunca en las estatuaria de las iglesias. Los artistas no sabían hacer lo que no habían visto. Su imaginación se movía en el marco de lo que los rodeaba: LA VIDA.

La Vírgen sí. Eran tiempos de vida frenética en los que la imagen de la maternidad se veía por todas partes.

Los santos y los ángeles rodeaban los pórticos acogiéndo las angustias, y sufrimientos con sus figuras llenas de bondad y de esperanza.

Debido al dolor y sufrimiento de esa época, la gente se vuelve hacia el Cristo que nació en un establo, que acogió mendigos y prostitutas, y todo eso los acerca al principio social del cristianismo.

Estética de los sentidos. La arquitectura es un organismo vivo que crece hacia el sol, gran espacio de luz y color. Todo el pueblo se comprometía, cada cuál en su medida, en la empresa de edificar su templo y éste podía ir variando según cada uno de sus artesanos podía sentir. En él se representa toda la imaginería natural que le rodea. Mientras más gente participa en su construcción más armonía con el medio se logra, esto es más diversidad de armonía.
Por esto muere, por tratar de abarcar la totalidad de sensaciones que le rodean.
Al inundarse de luz, explota.

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La Vírgen y el niño (arteguias)

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Los santos (Fotolia)
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Arquitectura y estatuaria gótica (Encicloarte.com)

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